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Jefes de Peña no se ponían de acuerdo entre desafiar el GIEI o usar otra estrategia: NYT

El diario estadounidense New York Times narra, citando fuentes de la oficina peñista, que tras darse a conocer el informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (GIEI-CIDH), que criticó la investigación del gobierno mexicano sobre la desaparición de los 43 estudiantes normalistas, de inmediato se encendió el debate sobre cómo responder dentro del grupo que realmente gobierna México al amparo del régimen peñista.





Por una lado estaban los que querían luchar y desafiar la fulminante crítica del informe, y por el otro, los que que abogaron por ser más cautelosos y aceptar las conclusiones.

Un alto funcionario involucrado en las discusiones detalló al diario que un “campamento quería luchar y desafiar la crítica fulminante del informe al gobierno”. Mientras, el otro campo en la oficina peñista abogó por un enfoque más cauteloso –precisó la fuente–: aceptar las conclusiones del grupo independiente nombrado por la CIDH, y reconocer que se podría hacer más en la investigación.

En un sorprendente giro de los acontecimientos, “especialmente para una administración marcada por una tendencia a girar, negar o permanecer al margen de crisis anteriores”, continúa NYT, el segundo grupo ganó.

Recuerda que tan sólo unas horas después de que el panel de expertos dio a conocer sus conclusiones, Peña Nieto envió un mensaje en su cuenta de Twitter en el que informó que había dado instrucciones a su gabinete para estudiar los elementos de la investigación independiente.

Mientras tanto, la encargada de la PGR, Arely Gómez González, anunció que se amplió la estancia del grupo especial en el país para que continuaran con la investigación.

Incluso, nada se dijo del hecho de que el gobierno tenía la evidencia de sus propios expertos que apoyan sus conclusiones, agrega el diario.

“En cierto modo, la respuesta del gobierno al informe era casi tan reveladora como el informe en sí, una señal de que la administración del señor Peña Nieto podría estar empezando a reconocer que el abismo entre el pueblo y su presidente nunca ha sido mayor”, continúa.

De acuerdo con la fuente no autorizada para hablar sobre esas conversaciones, en una reunión del gabinete llevada a cabo la semana pasada, Peña Nieto dijo a su círculo íntimo “tenemos que hacer las cosas diferentes”.

Pero si es éste es el comienzo de un esfuerzo por apuntalar la credibilidad del gobierno, plagada de contratiempos, o si tal esfuerzo busca hacer una diferencia a mitad del sexenio peñista, “aún está por verse”, dice New York Times.

Indica que el informe en sí, a pesar de la reacción pública del gobierno hacia él, “parecía otro punto más abajo en el largo tobogán de credibilidad del gobierno de México”.

Recuerda que los críticos del peñismo han dicho que durante el último año, desde que los estudiantes desaparecieron “bajo una nube de corrupción e intriga, la respuesta estándar de la oficina peñista a la crisis ha sido centrarse en aspectos más de sustancia, promoviendo constantemente la imagen de México como un país en movimiento en lugar de bucear en los eternos problemas de inseguridad y de la falta de Estado de derecho”.

“El gobierno no sólo se mostró incapaz de resolver los problemas, su instinto parecía hacerlos a un lado, dar explicaciones pro forma, y poner en marcha investigaciones viciadas”, dijo a NYT Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, un foro de política sobre los Asuntos del hemisferio occidental.

“Es difícil ver cómo Peña Nieto podrá recuperar un mayor grado de credibilidad para el resto de su mandato”, agregó Shafter.

La nota completa en Sin Embargo

Anon Hispano

Colectivo ciudadano de información y análisis. Google

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