Alimentos que te venden como 'saludables' pero que en realidad son veneno
Las nuevas formas de producción de alimentos, la industria alimentaria, la publicidad de los productos y, principalmente la falta de información, pueden generarnos mucha confusión a la hora de elegir qué comer.Elegir un producto por su envase verde o su etiqueta “light” no significa que sea beneficioso para nuestro cuerpo, al igual que el consumo de ciertos alimentos no envasados, muchos de ellos difieren de su antiguo aporte nutricional, ya que las nuevas técnicas de producción de alimentos han cambiado en la actualidad.
Esta es una lista de 5 alimentos vendidos como saludables, que en realidad son poco recomendables.
Recuerde que consumirlos con moderación no es necesariamente dañino, pero como en todo, se aconseja vigilar cuidadosamente su consumo y evitar cualquier exceso.
1. JARABE (MIEL) DE AGAVE:
Si bien proviene de una planta, nos llega altamente procesado, perdiendo todos los nutrientes propios de su naturaleza. El néctar que queda tiene cero valor nutricional y contiene el nivel más alto de fructuosa (entre 70 y 90 %) resultando tan adictivo como el azúcar. Además se ha encontrado un alto porcentaje de residuos provenientes de pesticidas y saponinas (tóxicas para nuestro cuerpo).
2. ALIMENTOS A BASE DE SOYA:
La mayor parte de los productos industriales a base de soja contienen un potenciador del sabor conocido como “MSG”: Glutamato monosódico. Este aditivo genera malestares estomacales, intestinales, dolores de cabeza, depresión, ansiedad, y lo más notable que provoca es un efecto adictivo.
Además, consumir soya incrementa la necesidad del cuerpo de incorporar vitamina D (esta es una de las deficiencias vitamínicas más comunes en veganos) y hay indicios poco estudiados de que puede provocar cáncer al consumirse en grandes cantidades.
3. BEBIDAS ARTIFICIALES “LIGHT”:
Las bebidas “light” contienen edulcorantes artificiales muy bajos o “cero” calorías, pero esto no quiere decir que te ayuden a bajar de peso. El consumo prolongado, puede causar una mayor adhesión de grasa alrededor del abdomen.
Hay estudios que demuestran que las personas que beben, a lo largo de cierto tiempo, jugos o gaseosas edulcoradas ganan hasta el triple de grasa abdominal con respecto a las que consumen jugos naturales.
Esto se debe a que el cuerpo está acostumbrado a reconocer un sabor dulce como energía en forma de calorías, si éstas no se ingieren se produce una confusión en nuestro cerebro entre dulzura y calorías, que nunca llegan para poder quemarlas (porque no se introducen), llevando a tener más antojos y adicción por cosas dulces.
4.TILAPIA:
Se trata de una especie de pez de carne blanca, sin olor y sabor muy suave. En muchos países tiene gran aceptación. En América Latina se está insertando de a poco pero a paso firme. Lo venden como una opción súper saludable de pescado: “Buen aporte de omegas, ideal para las personas que buscan bajar de peso y además sus niveles de mercurio son bajos comparado con otros pescados”. La realidad es que el pescado que se comercializa a grande escala contiene un porcentaje de omega 3 (ácido linoleico) muy bajo.
El Tilapia es un pescado de “granja”, los crían en piscinas y les dan montones de antibióticos. Durante sus primeras etapas de vida son bombardeados con hormonas (metiltestosterona) que impiden el desarrollo de sus órganos reproductores, para que gasten menos energía y de esta forma gastar menos dinero en su alimentación.
Se ha descubierto que en China los alimentan con excrementos de otros animales (cerdo y oca principalmente), y en otros países no mejora el panorama, son alimentados en el mejor de los casos con soya transgénica.
5. BARRITAS DE CEREALES INDUSTRIALES:
El aditivo más utilizado es el jarabe de maíz de alta fructuosa (lo pueden leer como JMAF en el rotulado del envase).
Este es un edulcorante líquido sintetizado a partir del almidón de maíz. Es más dulce que el azúcar de mesa y genera antojos constantes provocando adicción.
Este edulcorante dista mucho de ser un agregado natural y saludable, ocasiona un gran esfuerzo en nuestro cuerpo, principalmente en órganos como el hígado, al cual obliga a trabajar en exceso para metabolizarlo, causando heridas en él.
El hígado, para procesar el JMAF, maneja inapropiadamente otras de sus funciones, como puede ser la degradación de lípidos, dando como consecuencia un aumento en la proporción de grasa corporal: lo que el organismo no metaboliza queda como reserva, elevando los niveles de colesterol LDL (llamado “colesterol malo”), contribuyendo de esta forma al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, de hipertensión y principalmente diabetes tipo 2.
Fuente: Rumbos Digital
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