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La PGR ocultó pruebas de que en #Apatzingán ocurrió una masacre, revela Univisión

Una investigación preliminar de las muertes de ocho civiles en un supuesto enfrentamiento con policías federales el pasado 6 de enero en Apatzingán, Michoacán, muestra que las autoridades dieron explicaciones que contradicen la versión oficial de un fuego amigo o una confrontación.



Seis días después de que la noticia de estas muertes se convirtiera en un tema de interés para la prensa mexicana, el excomisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral en el estado de Michoacán, Alfredo Castillo, declaró: “Prácticamente todas las personas fallecidas pudieron haber sido ultimadas por sus propios compañeros”.

Una ficha inédita de la averiguación previa de la Procuraduría General de la República (PGR), obtenida por Univisión Investiga, presenta nuevas evidencias de que las víctimas pudieron ser abatidas por los cuerpos de seguridad del gobierno mientras huían de la escena o ya estaban en el suelo.

“Son demasiados disparos y son disparos en regiones (del cuerpo) no muy comunes de un enfrentamiento”, sostuvo el perito Fernando Elzaurdia, quien analizó la documentación.

Cuatro armas de los civiles y 20 fusiles de alto poder de los policías federales fueron disparados, pero en la escena solo hallaron 15 casquillos, cuyos modelos no coinciden con las armas encontradas. En el documento, no aparecen otros estudios periciales que aclaren ninguna de las divergencias.

También hay dudas respecto a otras pruebas. Se analizó a  los federales para comprobar si tenían restos de pólvora el 8 de enero, más de dos días después de los hechos.

Las verificaciones están contenidas en una “ficha de seguimiento de asunto relevante” de la PGR, fechada el 28 de abril. Una copia de este documento se remitió a la oficina de la titular de esa institución, Arely Gómez, según confió a Univisión una fuente interna con acceso al documento.

Las actuaciones de la autoridad se concentraron en desmentir versiones periodísticas sobre el caso, que han apuntado a que los civiles fueron ejecutados por los policías mientras estaban armados sólo con piedras y palos.



Parte del cuestionamiento alrededor de la versión del enfrentamiento surge del reporte de la necropsia de uno de los seis hombres y dos mujeres que fallecieron esa mañana. Él presentó 20 heridas por arma de alto poder y los otros promediaron siete lesiones cada uno.

El hombre de 25 años identificado por la PGR como Miguel Ángel Madrigal Marmolejo y/o Guillermo Gallegos Madrigal, tenía 20 heridas, la mayoría en el lado derecho de su cuerpo. En la fotografía que le fue tomada ese día, aparece precisamente acostado sobre ese lado.

Elzaurdia explica que esto sucede porque “ya en esa posición fue agredido. No es tan normal que en un enfrentamiento como tal, dos personas disparándose, una persona reciba tantos disparos, esto más bien me habla que esta persona estaba recibiendo disparos sin repeler agresión alguna’’.

Otros de los fallecidos presentaron disparos en la espalda, la parte posterior de la cabeza y los glúteos. El perito considera que las víctimas “no estaban de frente” a que les disparan “sino que estaban de espaldas”.

Los videos de las cámaras de seguridad cercanas y otro de un celular que grabó una de las sobrevivientes coinciden con esta explicación. En ellos se ve a un grupo de personas que baja de unas camionetas, armados con piedras y palos. En pocos segundos regresan corriendo a cubrirse, cuando los tiros comienzan a sonar.

En la averiguación previa no hay indicios de que las autoridades hayan realizado pruebas periciales encaminadas a probar la versión que descarta el enfrentamiento y plantea una posible masacre.



Fuente: Siete 24 / Univisión

Anon Hispano

Colectivo ciudadano de información y análisis. Google

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