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El peñismo busca censurar la revista Cáñamo, dedicada a la cultura del cannabis

La Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas dio parte de la situación a la PGR, según reportó el sitio Animal Poítico.

FOTO: Ivonne Reyes

A tres meses de que comenzara a circular la revista Cáñamo México, cuya temática se centra en la “cultura del cannabis”, la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas, de la Secretaría de Gobernación (Segob), concluyó a principios de agosto que esta edición fomenta hechos contrarios a la “moral” y a las “buenas costumbres”, por lo cual, notificó de estos hechos a la Procuraduría General de la República (PGR), para que dictamine si se trata de una revista “ilícita”.

La revista Cáñamo, que aborda información relacionada con la marihuana desde una óptica no prohibicionista, comenzó a circular en México el pasado 4 de mayo, y emula la edición española que en 2015 cumplió 18 años de existencia.

Tal como señala el editorial de su primera entrega, Cáñamo México busca “aportar una visión nueva del cannabis, una que aborde la ciencia, la historia, el arte y la cultura detrás de esta magnífica planta compañera de la humanidad desde tiempos inmemoriales”, todo esto “sin soslayar la cruenta realidad que vive nuestro país”, derivada de la guerra contra el crimen organizado.

Sin embargo, desde la óptica de la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas, Cáñamo difunde “textos en los que indirectamente se hace apología del consumo de cannabis con fines recreativos“, tal como señala el dictamen elaborado por esta área de la Segob.

Además, señaló la Comisión Calificadora, en esta revista “se hacen recomendaciones respecto a la edad adecuada para empezar a consumir” marihuana, esto, luego de que en el primer número de Cáñamo se presentara una entrevista con Tito Fuentes, integrante de la banda de rock Molotov, en la cual el músico asegura que, desde su punto de vista, los 21 años son una buena edad para probar la cannabis.

Textualmente, Tito Fuentes asegura durante la entrevista: “(Mi opinión) es que, si van a empezar a fumar, lo hagan medio tarde… como a los 21 o veintitantos (años)”.




Asimismo, el dictamen de la Comisión Calificadora de Gobernación concluye que “la edición analizada de la publicación (Cáñamo, número 1) pudiera proporcionar enseñanza de los procedimientos utilizados para la ejecución de hechos contrarios a las leyes, la moral o las buenas conductas. Lo anterior, ya que presenta varios textos con información técnica referente a la producción y autocultivo de cannabis”, por lo cual, Gobernación anunció a los editores que dio parte de esta situación a la PGR, ya que “es necesario determinar si los textos (…) presentan violaciones al marco jurídico”.

De forma paralela, anunció Gobernación, también notificó de esta revista a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris), para que analice la licitud de sus contenidos, ya que Cáñamo presenta textos que versan sobre las “aplicaciones (de la mariguana) en el tratamiento de diversos padecimientos”.

Tras la emisión de este dictamen, la Comisión Calificadora de Publicaciones dirigió un oficio a los representantes de Cáñamo, en el que los instaba a presentar alegatos en su defensa, en una “audiencia reglamentaria”, cuya fecha está por definirse.

—¿Qué sintieron cuando conocieron el dictamen de Gobernación? –se pregunta a Leopoldo Rivera, activista promotor de lo que denomina la “liberación” de la cannabis, y editor de Cáñamo México, junto a Julio Zenil y Carlos Martínez Rentería.

—Nos desconcertó, porque la revista es una respuesta al llamado que ha hecho el mismo gobierno a participar en el debate sobre la legalización de la mariguana. Entonces, vienen con el dictamen y nos dicen que la revista podría ser considerada ilícita, dado que va en contra del Reglamento sobre Publicaciones y Revistas Ilustradas.



Este reglamento –tal como sus mismos considerandos destacan– busca garantizar que todas las publicaciones que se distribuyan en el país sirvan “como vehículos que defiendan de modo positivo la cultura y la educación en beneficio de la sociedad en general, evitando las publicaciones que socaven o destruyan la base moral de la familia”.

Según este reglamento, “se considerarán contrarios a la moral pública” aquellas publicaciones que contengan “escritos, dibujos, grabados, pinturas, impresos, imágenes, anuncios, emblemas, fotografías y todo aquello que directa o indirectamente induzca o fomente vicios o constituya por sí mismo delito”, o que proporcionen “enseñanza de los procedimientos utilizados para la ejecución de hechos contrarios a las leyes, la moral o las buenas costumbres”.

Este ordenamiento, cabe destacar, data del año 1951.

La nota completa en Animal Político

Anon Hispano

Colectivo ciudadano de información y análisis. Google

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