Ordenan liberar a Bryan Reyes y Jacqueline Santana, presos políticos de Peña
Este lunes el Juzgado Noveno de Distrito de Amparo en Materia Penal ordenó la liberación de Jacqueline Selene Santana López y Bryan Reyes Rodríguez, los jóvenes que el pasado 15 de noviembre fueron acusados de presuntamente haber robado 500 pesos a una policía federal.Desde el inicio del proceso jurídico, los jóvenes, sus familiares y abogados sostuvieron que se trató de un delito “fabricado”, con el que se habría tratado de encubrir un supuesto intento de secuestro por parte de policías federales, integrantes de la coordinación de operaciones encubiertas, de la dirección de inteligencia de la policía federal.
Los policías, vestidos de civil, detuvieron a los jóvenes la tarde del 15 de noviembre de 2014 entre las avenidas Francisco del Paso y Troncoso y Fray Servando Teresa de Mier, en la colonia Jardín Balbuena de la delegación Venustiano Carranza, y los acusaron de supuestamente haber robado 500 pesos a una compañera suya. Desde entonces se encontraban llevando su proceso en prisión.
Tras más de siete meses, el amparo interpuesto por sus abogados finalmente fue resuelto.
Jorge Miranda, abogado defensor de Jacqueline y Bryan, dijo a SinEmbargo que este día la Juez Novena de Distrito de Amparo en Materia Penal ordenó la liberación de los jóvenes al no acreditarse que los policías que los detuvieron se encontraban en labores de prevención del delito cuando los arrestaron, y tampoco se pudo acreditar el delito de robo.
El defensor refirió que la juez ordenó al Juez Trigésimo Noveno Penal del Distrito Federal, ubicado en el reclusorio Norte y quien dictó el auto de formal prisión, que dé cumplimiento a la sentencia de amparo y dicte un auto de libertad a los jóvenes al no comprobarse el delito de robo.
De acuerdo con Miranda, Jacqueline y Bryan dejarían la cárcel en el transcurso de los próximos 15 días.
El pasado 1 de junio, los abogados de los jóvenes, Jorge Miranda y Sergio Soto, hicieron público el video del momento de su detención, en el que se aprecia a varias personas y dos vehículos en el sitio donde ocurrió el hecho. Esa evidecia contradecía la versión de los dos policías-testigo que afirmaron que los jóvenes asaltaron a una compañera suya y por eso los habían arrestado.
Pero también se sumaba a los elementos que la defensa tenía para acreditar que el supuesto delito no se había cometido, pues ni los cuchillos con los que supuestamente los muchachos cometieron el robo ni el billete de 500 pesos tenían sus huellas dactilares. El billete supuestamente robado ni siquiera tiene las huellas de Lidia Zárate Herrera, la policía que supuestamente había sido asaltada por ellos, de acuerdo con Miranda.
HISTORIA DE UN DELITO FABRICADO
Jacqueline Selene Santana López, estudiante universitaria de 22 años, y Bryan Reyes Rodríguez, músico de 28 años, fueron detenidos el 15 de noviembre de 2014 por el supuesto robo de 500 pesos y un presunto ataque con cuchillos a un elemento de la policía federal.
Jacqueline es estudiante de la licenciatura en Economía en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es una alumna de excelencia, cuyas calificaciones no bajan de un promedio de 9.2. Su buen desempeño incluso le mereció una beca para irse a Colombia de intercambio académico. Regresó el pasado junio, con una nota en sus estudios de 9.3.
Es también una chica a la que le gusta ayudar a los demás, que apoya a la gente y es solidaria con las causas sociales. Apoyó el movimiento estudiantil #YoSoy132 y antes de su detención había participado en las protestas y acciones de apoyo con las familias de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.
En el caso de Bryan, se suma el hecho de que él fue uno de los detenidos del 1 de diciembre de 2012, durante las protestas por la toma de posesión de Enrique Peña Nieto. Fue sentenciado a dos años y medio de prisión, pero salió libre bajo caución en diciembre de 2013.
La intención de la detención del 15 de noviembre, consideran ambos, sería criminalizarlos por su activismo, como le ocurrió a al menos una veintena de personas en el Distrito Federal el año pasado, quienes fueron detenidas arbitrariamente al término de las manifestaciones por los normalistas de Ayotzinapa. Todos fueron finalmente liberados, la mayoría absueltos al no poderse probar las acusaciones que se les hacían.
De acuerdo con lo que Jacqueline ha declarado, personas vestidas de civil los detuvieron entre la avenida Francisco del Paso y Troncoso y la avenida Fray Servando, en la colonia Jardín Balbuena de la Delegación Venustiano Carranza.
Según la joven, cuatro mujeres –ninguna con uniforme de policía– le cerraron el paso para detenerla, mientras que unos ocho sujetos, también vestidos como civiles, hacían lo mismo con Bryan.
Él gritó pidiendo auxilio creyendo que los estaban secuestrando. Cuando Jacqueline intentó acercarse a su novio para ayudarle, uno de los hombres que lo retenían la jaló del cabello y le gritó: “¡Quítate perra, que a ti también te va a tocar!”.
Bryan fue subido a la fuerza a un automóvil color blanco modelo Chevy; ella, a un taxi del Distrito Federal, con sus entonces distintivos colores guinda y dorado. A ambos, los encañonaron con armas de fuego, según ha relatado.
Y así, sin identificarse como policías ni mostrarles una orden de aprehensión ni viajar en vehículos oficiales, los agentes los retuvieron, de acuerdo con la versión de Jacqueline. De ahí que ella, su familia y abogados sostengan que se trató de un intento de desaparición forzada.
Si la supuesta operación de desaparición se frustró fue porque un policía preventivo capitalino interceptó a los vehículos en los que los jóvenes eran trasladados. Los policías federales se identificaron y pudieron continuar su camino; pero luego otro agente policial detuvo el taxi donde llevaban a Jacqueline. Nuevamente, los policías federales tuvieron que dar explicaciones sobre quiénes eran.
Identificados, a los policías no les quedó más remedio que justificar la retención de los jóvenes y remitirlos a la Agencia del Ministerio Público de la Delegación Venustiano Carranza.
Pero al llegar ahí los policías Luis Alberto Castillo Gordillo y José Montiel González ofrecieron una versión totalmente distinta de lo ocurrido, según la cual los dos jóvenes, sendos cuchillos en mano, asaltaron a la policía federal Lidia Zárate Herrera. Los tres agentes están adscritos a la coordinación de operaciones encubiertas, en la división de inteligencia de la policía federal.
Según los policías-testigos, los muchachos robaron a Zárate Herrera 500 pesos.
Los testimonios de Zárate Herrera, Castillo Gordillo y Montiel González, los cuchillos y los 500 pesos son los únicos elementos que sostienen la acusación contra Jacqueline y Bryan, de acuerdo con uno de sus abogados defensores, Jorge Miranda.
La denunciante, Lidia Zárate, confesó que no se percató que sus compañeros hayan hecho alguna revisión a los estudiantes luego de que fuera asaltada, y tampoco ella hizo una revisión personal a los estudiantes, menos se percató quién puso a disposición del fiscal los cuchillos, y el billete de 500 pesos, sin embargo, al llegar a la mesa del Ministerio Público, ya estaban el billete y los cuchillos.
Fuente: Sin Embargo
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